estreñimiento;síntomas, causas y tratamiento
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estreñimiento;síntomas, causas y tratamiento
El estreñimiento puede obedecer a causas sencillas como son los malos hábitos alimentarios o evacuatorios, pero también a trastornos de orden psicológico, o enfermedades graves, por lo cual la consulta médica es ineludible.
Cuando disminuye la frecuencia normal de las deposiciones que una persona hace, a veces con intervalos irregulares que se prolongan durante varios días, puede considerarse que padece de estreñimiento. Esta condición suele ir acompañada de molestias abdominales por distensión y meteorismo -acumulación de gases- y también puede ocasionar saburra lingual -una capa blanquecina que cubre la parte superior de la lengua-, cefaleas, dolores al defecar y mal aliento.
CAUSAS.
Aunque las causas del estreñimiento pueden hallarse en ciertas enfermedades o en trastornos de orden psicológico, en la mayoría de los casos obedece a la ingestión de productos alimentarios que interfieren o, al menos, no favorecen el proceso peristáltico constituido por las contracciones musculares rítmicas que permiten el tránsito de las heces por el intestino. Otra causa puede ser la escasez de alimentos, por lo cual, las personas que siguen una dieta de adelgazamiento o que padecen alguna enfermedad entre cuyos síntomas o efectos se cuenta la pérdida del apetito, como es el caso de la anorexia nerviosa, pueden sufrir estreñimiento; otra causa puede ser el escaso volumen y la consistencia excesiva de las heces. El estreñimiento también es frecuente entre las embarazadas. Ello se debe a que los movimientos de los músculos intestinales pueden verse interferidos, tanto por efecto de las hormonas de la gestación como por la presión que ejerce el útero a medida que el feto aumenta de tamaño y de peso. También es habitual que se produzca un cierto estreñimiento después del parto, por un debilitamiento de los músculos que intervienen en la defecación, como ocurre también en los ancianos, atribuible en éstos a la simple debilitación que sufren todos los músculos en general cuando se llega a una edad avanzada.
Por último, deben tenerse en cuenta los motivos de índole psicológica, que son bastante frecuentes. Una parte del sistema nervioso se encarga de controlar el peristaltismo, de modo que cuando el intestino está lleno, enviará señales al cerebro a través de ese sistema. Pero el ser humano tiene la capacidad de hacer caso omiso de esas señales, por lo cual es muy corriente que las personas que padecen molestias al defecar, ya sea por hemorroides o fisuras anales, tiendan a retener las heces, incluso de modo inconsciente, para evitar los episodios de dolor; en otros casos, la retención de las heces está provocada por la voluntad del paciente, que suele así caer en un círculo vicioso, ya que las heces se acumulan en el recto, donde pierden agua y se endurecen, con lo cual las deposiciones son más dolorosas.
FECALOMA.
Recibe este nombre la masa de heces que se ha desecado en exceso y que se forma por retención prolongada en el intestino grueso. Su expulsión suele ser muy dolorosa y difícil porque se adhiere a las paredes del intestino; además, por ser una masa rígida, al moverse puede lesionar la mucosa intestinal, y producir el consecuente sangrado por vía anal. Cuando el fecaloma es muy grande y casi inamovible, puede llegar a causar una obstrucción intestinal.
TRATAMIENTO.
Si el estreñimiento es causado por alguna de las enfermedades citadas, el tratamiento médico, ya sea clínico, quirúrgico o psicológico, estará dirigido a erradicar o a curar las enfermedades que lo originan. Pero si es fruto de malos hábitos alimentarios, bastará con adoptar una dieta que favorezca el movimiento intestinal, proporcione mayor contenido de agua a las heces y facilite la evacuación. El sistema digestivo, capaz de descomponer y absorber la mayor parte de los alimentos que suelen ingerirse, no puede digerir la celulosa, que se encuentra en abundancia en las frutas, los vegetales y las cascarillas de los cereales, conocidas éstas como salvado. Precisamente por no poder ser absorbida, la celulosa pasa al tracto intestinal en forma de residuo y, presente en las heces, sirve de estímulo al peristaltismo. Es por ello que es recomendable incluir en la dieta abundantes alimentos ricos en fibra, como las frutas y las verduras, el pan —sobre todo, integral—, la pasta y las legumbres. Dado que hay alimentos que carecen de celulosa por completo, como los quesos y los huevos, no es extraño que quienes basan su alimentación en ellos padezcan estreñimiento. La dieta más aconsejable para estos casos es la que se compone de alimentos variados y bien equilibrados en cuanto a su contenido de nutrientes y de celulosa. También es provechoso beber mucha agua, evitar las situaciones de estrés y hacer ejercicios físicos o dar, a diario, simples paseos.
CONTRAINDICACIONES.
Es frecuente que las personas que sufren estreñimiento tomen laxantes, quizá por no saber que es la peor manera en que pueden enfocar la resolución del problema. Los laxantes, productos químicos por excelencia, suelen basar su efecto en la estimulación de los nervios del intestino, con el fin de acelerar el peristaltismo, y causan retortijones y deposiciones semilíquidas. Pero, a la larga, suelen ocasionar una tendencia a retener las heces, con lo cual lo único que se logrará es caer en una espiral progresiva en la que se aumentarán las dosis de laxantes y, en consecuencia, se agravará el estreñimiento. El sedentarismo también contribuye a intensificar el estreñimiento, por ello son recomendables las clases de gimnasia o de aerobic, o la práctica comedida de algún deporte, como medidas complementarias de una alimentación adecuada y equilibrada e, incluso, de algunos tratamientos médicos empleados para combatir el estreñimiento.
Cuando disminuye la frecuencia normal de las deposiciones que una persona hace, a veces con intervalos irregulares que se prolongan durante varios días, puede considerarse que padece de estreñimiento. Esta condición suele ir acompañada de molestias abdominales por distensión y meteorismo -acumulación de gases- y también puede ocasionar saburra lingual -una capa blanquecina que cubre la parte superior de la lengua-, cefaleas, dolores al defecar y mal aliento.
CAUSAS.
Aunque las causas del estreñimiento pueden hallarse en ciertas enfermedades o en trastornos de orden psicológico, en la mayoría de los casos obedece a la ingestión de productos alimentarios que interfieren o, al menos, no favorecen el proceso peristáltico constituido por las contracciones musculares rítmicas que permiten el tránsito de las heces por el intestino. Otra causa puede ser la escasez de alimentos, por lo cual, las personas que siguen una dieta de adelgazamiento o que padecen alguna enfermedad entre cuyos síntomas o efectos se cuenta la pérdida del apetito, como es el caso de la anorexia nerviosa, pueden sufrir estreñimiento; otra causa puede ser el escaso volumen y la consistencia excesiva de las heces. El estreñimiento también es frecuente entre las embarazadas. Ello se debe a que los movimientos de los músculos intestinales pueden verse interferidos, tanto por efecto de las hormonas de la gestación como por la presión que ejerce el útero a medida que el feto aumenta de tamaño y de peso. También es habitual que se produzca un cierto estreñimiento después del parto, por un debilitamiento de los músculos que intervienen en la defecación, como ocurre también en los ancianos, atribuible en éstos a la simple debilitación que sufren todos los músculos en general cuando se llega a una edad avanzada.
Por último, deben tenerse en cuenta los motivos de índole psicológica, que son bastante frecuentes. Una parte del sistema nervioso se encarga de controlar el peristaltismo, de modo que cuando el intestino está lleno, enviará señales al cerebro a través de ese sistema. Pero el ser humano tiene la capacidad de hacer caso omiso de esas señales, por lo cual es muy corriente que las personas que padecen molestias al defecar, ya sea por hemorroides o fisuras anales, tiendan a retener las heces, incluso de modo inconsciente, para evitar los episodios de dolor; en otros casos, la retención de las heces está provocada por la voluntad del paciente, que suele así caer en un círculo vicioso, ya que las heces se acumulan en el recto, donde pierden agua y se endurecen, con lo cual las deposiciones son más dolorosas.
FECALOMA.
Recibe este nombre la masa de heces que se ha desecado en exceso y que se forma por retención prolongada en el intestino grueso. Su expulsión suele ser muy dolorosa y difícil porque se adhiere a las paredes del intestino; además, por ser una masa rígida, al moverse puede lesionar la mucosa intestinal, y producir el consecuente sangrado por vía anal. Cuando el fecaloma es muy grande y casi inamovible, puede llegar a causar una obstrucción intestinal.
TRATAMIENTO.
Si el estreñimiento es causado por alguna de las enfermedades citadas, el tratamiento médico, ya sea clínico, quirúrgico o psicológico, estará dirigido a erradicar o a curar las enfermedades que lo originan. Pero si es fruto de malos hábitos alimentarios, bastará con adoptar una dieta que favorezca el movimiento intestinal, proporcione mayor contenido de agua a las heces y facilite la evacuación. El sistema digestivo, capaz de descomponer y absorber la mayor parte de los alimentos que suelen ingerirse, no puede digerir la celulosa, que se encuentra en abundancia en las frutas, los vegetales y las cascarillas de los cereales, conocidas éstas como salvado. Precisamente por no poder ser absorbida, la celulosa pasa al tracto intestinal en forma de residuo y, presente en las heces, sirve de estímulo al peristaltismo. Es por ello que es recomendable incluir en la dieta abundantes alimentos ricos en fibra, como las frutas y las verduras, el pan —sobre todo, integral—, la pasta y las legumbres. Dado que hay alimentos que carecen de celulosa por completo, como los quesos y los huevos, no es extraño que quienes basan su alimentación en ellos padezcan estreñimiento. La dieta más aconsejable para estos casos es la que se compone de alimentos variados y bien equilibrados en cuanto a su contenido de nutrientes y de celulosa. También es provechoso beber mucha agua, evitar las situaciones de estrés y hacer ejercicios físicos o dar, a diario, simples paseos.
CONTRAINDICACIONES.
Es frecuente que las personas que sufren estreñimiento tomen laxantes, quizá por no saber que es la peor manera en que pueden enfocar la resolución del problema. Los laxantes, productos químicos por excelencia, suelen basar su efecto en la estimulación de los nervios del intestino, con el fin de acelerar el peristaltismo, y causan retortijones y deposiciones semilíquidas. Pero, a la larga, suelen ocasionar una tendencia a retener las heces, con lo cual lo único que se logrará es caer en una espiral progresiva en la que se aumentarán las dosis de laxantes y, en consecuencia, se agravará el estreñimiento. El sedentarismo también contribuye a intensificar el estreñimiento, por ello son recomendables las clases de gimnasia o de aerobic, o la práctica comedida de algún deporte, como medidas complementarias de una alimentación adecuada y equilibrada e, incluso, de algunos tratamientos médicos empleados para combatir el estreñimiento.
El Avi65- El astrologo de la pirámide
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