Historia de brujas
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Re: Historia de brujas
Baba Yaga
La Mujer Salvaje
Nombre eslavo: Baba Yagá
Representa: Sabiduría, Muerte y Renacimiento.
Símbolos: Almirez y escoba plateada
Historia
Baba Yagá su nombre en ruso significa Mujer Hechicera. Es una antigua diosa eslava de la tierra, antes de que los dioses rusos ascendieran al poder. No era una diosa benévola y poco a poco se fue convirtiendo en una diosa del inframundo, que vivía en una cueva. Baba Yagá se fue alejando de la tierra y de los demás dioses, cada vez teniendo menos contacto con los hombres.
No es una bruja convencional, no usa sombrero. Se dice que mide tres metros de altura con garras de hierro, orladas de negro, de cuarenta centímetros y dientes de tiburón que son de acero. Tiene el pelo grasiento, la piel gris, verrugas y los ojos cubiertos de cataratas. Es vieja, huesuda y arrugada. Su nariz es azul, retorcida y tan larga que rasca el techo mientras duerme. Sus pechos son de piedra. Tiene una pierna normal que representa al mundo de los vivos y una de hueso, para el mundo de los muertos, en los cuales ella deambula. También se le conoce como “Baba Yagá Pata de Hueso” o “Baba Yagá Kostianaya Noga”, la de aspecto delgado y huesudo. Puede ser perversa, sanguinaria y cruel, pero no totalmente malvada; come personas, generalmente niños. Sus dientes le permiten romper huesos y desgarrar la carne con facilidad o destrozarla contra sus pechos. A pesar de que Baba Yagá consume diariamente grandes cantidades de carne, ella siempre tiene un aspecto delgado y huesudo.
Ella vuela montada en un almirez (a veces una olla) que vuela sola, sus rodillas casi tocando su mentón y rema el aire con una escoba plateada hecha con el cabello de una persona muerta; o se empuja por el piso del bosque con un remo en forma de mano de almirez. Cada vez que aparece, vuelan vientos fuertes, los árboles se mueven crujiendo, gimiendo y hojas vuelan en el aire. Chillando y lamentándose, los espíritus agrupados la acompañan. A pesar de los grandes movimientos que provoca, Baba Yagá es secretiva, y va barriendo sus rastros sin dejar huella. Baba Yagá no permite que ninguna persona “bendecida” permanezca dentro de su propiedad, siempre y cuando Baba Yagá sepa que la persona tiene una bendición. Baba Yagá no tiene ningún poder, sobre las personas puras de corazón, y las personas agraciadas y protegidas con el poder del amor, la virtud o la bendición materna. Se cuenta que envejece un año cada vez que le hacen una pregunta y que para rejuvenecer bebe un té hecho de extrañas rosas azules, por lo cual quienes quieran ganar un favor de ella le deberán ofrendar estas rosas.
Vive en una choza que se levanta sobre dos enormes patas de gallina que le sirven para desplazarse por toda Rusia, generalmente escondida en el bosque, la cual parece tener una personalidad propia, ya que gira sobre su eje y chilla al avanzar, siempre da su espalda al visitante. Para detener el camino de la choza, hacen falta encantaciones secretas, que de ser pronunciadas, la obligan a bajar sus patas de gallina y abrir su puerta de manera estrepitosa. La valla que rodea su choza esta adornada con huesos y cráneos, en cuyo interior coloca velas y por las cuencas brilla una luz que ilumina la oscuridad del bosque. La remota locación de la casa hace la referencia a la custodia de la entrada al Otro Mundo. El sólo hecho de entrar a su choza puede significar la muerte. Para entrar en la casa, Baba Yagá dice el conjuro “Casita, Casita, da la espalda al bosque y voltea hacia mí”. El interior de la choza siempre está lleno de carne y de vino. Es resguardada por sirvientes invisibles, los cuales aparecen como tres pares de manos incorpóreas, espectrales y amenazadoras que aparecen de la nada, ella las llama “Mis amigas del alma” o “Amigas de mi pecho”. Baba Yagá también tiene a su servicio tres caballeros: Blanco “Mi Día”, Rojo “Mi Rojo Sol Naciente” y Negro “Mi Noche Oscura”, los cuales controlan el día, el atardecer y la noche.
Baba Yagá dirige los ciclos de la naturaleza y los elementos. El día y la noche obedecen sus órdenes, lo que sugiere que sus orígenes se remonten a una diosa omnipotente del inframundo. Esta teoría se ve reforzada con los ocasionales roles positivos que la bruja juega cuando ayuda al héroe -de corazón puro- en su búsqueda. Baba Yagá no admite debilidad a nadie, y demanda respeto de todos a su alrededor.
Baba Yagá ha aparecido en diferentes historias rusas que muestran distintas facetas de ella. En algunas, ayuda a la gente que le sirve; en otras se dice que guarda las “Aguas de la Vida y de la Muerte”, pues es la “Dama Blanca de la Muerte y del Renacimiento” y en otras se dice que tiene dos hermanas llamadas como ella y con su mismo aspecto.
En Bulgaria, a los niños se les cuenta que si se portan mal, vendrá Baba Yaga (o Dyado Yag) para llevárselos con un saco y comérselos. También se le asocia con magia negra.
La figura de Baba Yagá probablemente deriva de “la Bruja”, la tercer miembro de la Diosa Tripartita (Virgen, Madre y Bruja), símbolo de las tres edades de la mujer.
Baba Yagá es ampliamente usada por los autores de cuentos de hadas del ruso moderno, y desde los años noventa del siglo XX, en la “Fantasia rusa”. En particular, Baba Yagá conoce a Andréi Belanin de sus libros en su ciclo “La Agencia de detectives del Zar Goroj”, etc. La infancia y juventud de Baba Yagá por primera vez fueron descritas en el cuento “La Bahía” (“Lukomorie”) de A. Aliverdíev.
Casi siempre descrita como una terrible y bruja anciana, Baba Yagá también ayuda con su palabra de mujer sabia. La Madre Tierra, al igual que las fuerzas de la naturaleza, puede ser salvaje, indomable además de también ser dulce y amable. Cuando aparece como una vieja, a veces da consuelo, consejo y regalos mágicos a los héroes y a los “puros de corazón”. El agraciado visitante entra en sus dominios buscando sabiduría, conocimiento y verdad. Ella lo sabe todo, lo ve todo y lo revela todo a aquellos que se atreven a preguntar. Baba Yagá es una mujer de experiencia, una Diosa de sabiduría y de muerte, la “Madre de Hueso”. Pura e indomable, es un Espíritu de la Naturaleza que trae sabiduría y la muerte del ego, y por medio de la muerte, el renacimiento.
Palabras Clave de la Diosa
Fuerza vital.
Afirmaciones de la Diosa
“Nutro mi totalidad y me conecto con la mujer salvaje en mi”.
“Me reconecto con lo natural”.
“Pongo en marcha mi vida”.
“Libero a la mujer salvaje en mi”.
“Permito que la mujer salvaje en mi, se exprese creativamente”.
“Expreso libremente mi vitalidad”.
La Mujer Salvaje
Nombre eslavo: Baba Yagá
Representa: Sabiduría, Muerte y Renacimiento.
Símbolos: Almirez y escoba plateada
Historia
Baba Yagá su nombre en ruso significa Mujer Hechicera. Es una antigua diosa eslava de la tierra, antes de que los dioses rusos ascendieran al poder. No era una diosa benévola y poco a poco se fue convirtiendo en una diosa del inframundo, que vivía en una cueva. Baba Yagá se fue alejando de la tierra y de los demás dioses, cada vez teniendo menos contacto con los hombres.
No es una bruja convencional, no usa sombrero. Se dice que mide tres metros de altura con garras de hierro, orladas de negro, de cuarenta centímetros y dientes de tiburón que son de acero. Tiene el pelo grasiento, la piel gris, verrugas y los ojos cubiertos de cataratas. Es vieja, huesuda y arrugada. Su nariz es azul, retorcida y tan larga que rasca el techo mientras duerme. Sus pechos son de piedra. Tiene una pierna normal que representa al mundo de los vivos y una de hueso, para el mundo de los muertos, en los cuales ella deambula. También se le conoce como “Baba Yagá Pata de Hueso” o “Baba Yagá Kostianaya Noga”, la de aspecto delgado y huesudo. Puede ser perversa, sanguinaria y cruel, pero no totalmente malvada; come personas, generalmente niños. Sus dientes le permiten romper huesos y desgarrar la carne con facilidad o destrozarla contra sus pechos. A pesar de que Baba Yagá consume diariamente grandes cantidades de carne, ella siempre tiene un aspecto delgado y huesudo.
Ella vuela montada en un almirez (a veces una olla) que vuela sola, sus rodillas casi tocando su mentón y rema el aire con una escoba plateada hecha con el cabello de una persona muerta; o se empuja por el piso del bosque con un remo en forma de mano de almirez. Cada vez que aparece, vuelan vientos fuertes, los árboles se mueven crujiendo, gimiendo y hojas vuelan en el aire. Chillando y lamentándose, los espíritus agrupados la acompañan. A pesar de los grandes movimientos que provoca, Baba Yagá es secretiva, y va barriendo sus rastros sin dejar huella. Baba Yagá no permite que ninguna persona “bendecida” permanezca dentro de su propiedad, siempre y cuando Baba Yagá sepa que la persona tiene una bendición. Baba Yagá no tiene ningún poder, sobre las personas puras de corazón, y las personas agraciadas y protegidas con el poder del amor, la virtud o la bendición materna. Se cuenta que envejece un año cada vez que le hacen una pregunta y que para rejuvenecer bebe un té hecho de extrañas rosas azules, por lo cual quienes quieran ganar un favor de ella le deberán ofrendar estas rosas.
Vive en una choza que se levanta sobre dos enormes patas de gallina que le sirven para desplazarse por toda Rusia, generalmente escondida en el bosque, la cual parece tener una personalidad propia, ya que gira sobre su eje y chilla al avanzar, siempre da su espalda al visitante. Para detener el camino de la choza, hacen falta encantaciones secretas, que de ser pronunciadas, la obligan a bajar sus patas de gallina y abrir su puerta de manera estrepitosa. La valla que rodea su choza esta adornada con huesos y cráneos, en cuyo interior coloca velas y por las cuencas brilla una luz que ilumina la oscuridad del bosque. La remota locación de la casa hace la referencia a la custodia de la entrada al Otro Mundo. El sólo hecho de entrar a su choza puede significar la muerte. Para entrar en la casa, Baba Yagá dice el conjuro “Casita, Casita, da la espalda al bosque y voltea hacia mí”. El interior de la choza siempre está lleno de carne y de vino. Es resguardada por sirvientes invisibles, los cuales aparecen como tres pares de manos incorpóreas, espectrales y amenazadoras que aparecen de la nada, ella las llama “Mis amigas del alma” o “Amigas de mi pecho”. Baba Yagá también tiene a su servicio tres caballeros: Blanco “Mi Día”, Rojo “Mi Rojo Sol Naciente” y Negro “Mi Noche Oscura”, los cuales controlan el día, el atardecer y la noche.
Baba Yagá dirige los ciclos de la naturaleza y los elementos. El día y la noche obedecen sus órdenes, lo que sugiere que sus orígenes se remonten a una diosa omnipotente del inframundo. Esta teoría se ve reforzada con los ocasionales roles positivos que la bruja juega cuando ayuda al héroe -de corazón puro- en su búsqueda. Baba Yagá no admite debilidad a nadie, y demanda respeto de todos a su alrededor.
Baba Yagá ha aparecido en diferentes historias rusas que muestran distintas facetas de ella. En algunas, ayuda a la gente que le sirve; en otras se dice que guarda las “Aguas de la Vida y de la Muerte”, pues es la “Dama Blanca de la Muerte y del Renacimiento” y en otras se dice que tiene dos hermanas llamadas como ella y con su mismo aspecto.
En Bulgaria, a los niños se les cuenta que si se portan mal, vendrá Baba Yaga (o Dyado Yag) para llevárselos con un saco y comérselos. También se le asocia con magia negra.
La figura de Baba Yagá probablemente deriva de “la Bruja”, la tercer miembro de la Diosa Tripartita (Virgen, Madre y Bruja), símbolo de las tres edades de la mujer.
Baba Yagá es ampliamente usada por los autores de cuentos de hadas del ruso moderno, y desde los años noventa del siglo XX, en la “Fantasia rusa”. En particular, Baba Yagá conoce a Andréi Belanin de sus libros en su ciclo “La Agencia de detectives del Zar Goroj”, etc. La infancia y juventud de Baba Yagá por primera vez fueron descritas en el cuento “La Bahía” (“Lukomorie”) de A. Aliverdíev.
Casi siempre descrita como una terrible y bruja anciana, Baba Yagá también ayuda con su palabra de mujer sabia. La Madre Tierra, al igual que las fuerzas de la naturaleza, puede ser salvaje, indomable además de también ser dulce y amable. Cuando aparece como una vieja, a veces da consuelo, consejo y regalos mágicos a los héroes y a los “puros de corazón”. El agraciado visitante entra en sus dominios buscando sabiduría, conocimiento y verdad. Ella lo sabe todo, lo ve todo y lo revela todo a aquellos que se atreven a preguntar. Baba Yagá es una mujer de experiencia, una Diosa de sabiduría y de muerte, la “Madre de Hueso”. Pura e indomable, es un Espíritu de la Naturaleza que trae sabiduría y la muerte del ego, y por medio de la muerte, el renacimiento.
Palabras Clave de la Diosa
Fuerza vital.
Afirmaciones de la Diosa
“Nutro mi totalidad y me conecto con la mujer salvaje en mi”.
“Me reconecto con lo natural”.
“Pongo en marcha mi vida”.
“Libero a la mujer salvaje en mi”.
“Permito que la mujer salvaje en mi, se exprese creativamente”.
“Expreso libremente mi vitalidad”.
anika- La dama de corazones
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Inscrito : 20/01/2010
Re: Historia de brujas
Dominica la coja
En el siglo XVI, la feroz represión contra las brujas estaba justificada porque a los ojos de la justicia y de los vecinos, eran ellas las causantes de la impotencia de los hombres, la esterilidad de las mujeres, los abortos, la muerte de los frutos de la tierra, de los animales y de las personas.
Los delitos de brujería eran tan difíciles de probar (en casi todos los casos, por no existir) que los vecinos de Pozán de Vero se reunieron el 25 de octubre de 1534 y crearon los Contrafueros, con los que se podía juzgar estos delitos sin necesidad de aportar pruebas; bastaba con los testimonios de la gente.
Dominga Ferrer, conocida como Dominica, La coja, a los ojos de sus vecinos, pasó de ser "partera, entretenedora, curandera, santiguadora, abortona"... a ser alguacila del Diablo. Se le abrió un proceso por la Justicia Civil u Ordinaria en Pozán de Vero, fue acusada de brujería y finalmente, tras ser sometida varias veces a tormento confesó innumerables delitos.
En el proceso, Dominica cita como cómplices a María Miranda, Pascuala de Salas, La Nadala, La Piqueras y la hija de la Benedetta. Durante el proceso terminaron confesando bajo tortura haber causado la muerte de muchas caballerías, agriar el vino de las bodegas o tomar al diablo como señor y tener en su cuerpo sus huellas. También confesaron haber matado a un sinfín de recién nacidos con los métodos más crueles que pueda imaginarse. En unos casos utilizaban venenos confeccionados a base de sapos a los que desollaban y secaban para luego convertir en polvo y mezclarlo con arsénico; otras veces con sus propias manos estrangulaban a los niños. Incluso llegaron a asarlos vivos en la cocina de la casa donde vivían, sorteando la vigilancia de los padres infundiéndoles un profundo sueño mediante la colocación de hojas de beleño en el umbral de la puerta de su dormitorio.
En todas esta andanzas estaban acompañadas por el Demonio, que iba delante de ella abriéndoles todas las puertas necesarias.
"El mismo domingo a la noche vino Gracia la Nadala y [···] y que assí fueron las dos juntas a casa del dicho Roiz Castellón, y les abrió la puerta el diablo. Y ellas entraron de dentro y fueron a la cámara do el dicho Roiz y su mujer dormían. Y que tomaron el dicho niño de los brazos del dicho Roiz y lo llevaron a la cozina. Y que la dicha Gracia la Nadala sacó brasas del fuego debaxo de la ceniza y que puso el dicho niño ay, junto a las brasas a assar la tripica del dicho niño". Proceso contra Dominga Ferrer. Fragmento de la transcripción notarial de la confesión de Dominica la Coja. 1534. Archivo Histórico Provincial de Zaragoza. C.31-2, fol. 91.
Dominga Ferrer, la Coja, fue condenada a muerte en la hoguera pero falleció antes de cumplirse la sentencia.
En el siglo XVI, la feroz represión contra las brujas estaba justificada porque a los ojos de la justicia y de los vecinos, eran ellas las causantes de la impotencia de los hombres, la esterilidad de las mujeres, los abortos, la muerte de los frutos de la tierra, de los animales y de las personas.
Los delitos de brujería eran tan difíciles de probar (en casi todos los casos, por no existir) que los vecinos de Pozán de Vero se reunieron el 25 de octubre de 1534 y crearon los Contrafueros, con los que se podía juzgar estos delitos sin necesidad de aportar pruebas; bastaba con los testimonios de la gente.
Dominga Ferrer, conocida como Dominica, La coja, a los ojos de sus vecinos, pasó de ser "partera, entretenedora, curandera, santiguadora, abortona"... a ser alguacila del Diablo. Se le abrió un proceso por la Justicia Civil u Ordinaria en Pozán de Vero, fue acusada de brujería y finalmente, tras ser sometida varias veces a tormento confesó innumerables delitos.
En el proceso, Dominica cita como cómplices a María Miranda, Pascuala de Salas, La Nadala, La Piqueras y la hija de la Benedetta. Durante el proceso terminaron confesando bajo tortura haber causado la muerte de muchas caballerías, agriar el vino de las bodegas o tomar al diablo como señor y tener en su cuerpo sus huellas. También confesaron haber matado a un sinfín de recién nacidos con los métodos más crueles que pueda imaginarse. En unos casos utilizaban venenos confeccionados a base de sapos a los que desollaban y secaban para luego convertir en polvo y mezclarlo con arsénico; otras veces con sus propias manos estrangulaban a los niños. Incluso llegaron a asarlos vivos en la cocina de la casa donde vivían, sorteando la vigilancia de los padres infundiéndoles un profundo sueño mediante la colocación de hojas de beleño en el umbral de la puerta de su dormitorio.
En todas esta andanzas estaban acompañadas por el Demonio, que iba delante de ella abriéndoles todas las puertas necesarias.
"El mismo domingo a la noche vino Gracia la Nadala y [···] y que assí fueron las dos juntas a casa del dicho Roiz Castellón, y les abrió la puerta el diablo. Y ellas entraron de dentro y fueron a la cámara do el dicho Roiz y su mujer dormían. Y que tomaron el dicho niño de los brazos del dicho Roiz y lo llevaron a la cozina. Y que la dicha Gracia la Nadala sacó brasas del fuego debaxo de la ceniza y que puso el dicho niño ay, junto a las brasas a assar la tripica del dicho niño". Proceso contra Dominga Ferrer. Fragmento de la transcripción notarial de la confesión de Dominica la Coja. 1534. Archivo Histórico Provincial de Zaragoza. C.31-2, fol. 91.
Dominga Ferrer, la Coja, fue condenada a muerte en la hoguera pero falleció antes de cumplirse la sentencia.
anika- La dama de corazones
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Inscrito : 20/01/2010
Re: Historia de brujas
pues me gusta la brujita baba yaga la salvaje,yo tengo almirez me falta la escoba plateada nada mas jaaj ayyy genial anika ,me ha gustado mucho
Re: Historia de brujas
Brujería en Inglaterra y Escocia
brujeria
La práctica de «hacer nadar» a una bruja. Si se hundía era inocente pero se podía ahogar; si flotaba era culpable; grabado en madera del siglo XVI.
En la Europa continental, las acusaciones de brujería se encontraban, con frecuencia, entremezcladas con los cargos de herejía. Las acusaciones inglesas y escocesas, en cambio, tenían más que ver con la baja magia y la hechicería —con maldiciones preferidas contra niños pequeños y animales de granja, o embrujos encaminados a provocar daños o enfermedades—, A menudo se acusaba a las brujas de educar a sus familiares en la brujería. Ciertas pruebas demostraban la práctica de la brujería, como el «hacer nadar» a una bruja, a la que se ataba de manos y pies y se lanzaba a aguas profundas: si se hundía, quedaba demostrado que el agua de Dios la había aceptado y entonces era arrastrada hacia la orilla, aunque a menudo se ahogaba en el proceso; si flotaba era culpable. Otra técnica era la «punción»: se pinchaba todo el cuerpo de la bruja a fin de detectar la «marca del diablo», que se decía era insensible al dolor.
Durante el reinado de Isabel I (1558-1603), la preocupación por la brujería quedó más amortiguada. El doctor John Dee, un astrólogo, tenía una influencia notable en la corte, pues se le había solicitado el cálculo de una fecha propicia para la coronación de la reina. Sin embargo, en 1563 Isabel promulgó un estatuto en el que ordenaba la pena de muerte para las brujas y los hechiceros. En esta ley se consideraba una felonía la invocación de los espíritus malignos para cualquier propósito, independientemente del daño que pudieran provocar. Castigados por la ley civil antes que por la eclesiástica, a los individuos convictos se les ahorcaba y no se les condenaba a la hoguera. En Inglaterra se ahorcó a unas mil brujas durante este período. El primer gran juicio bajo este estatuto se celebró en Chelmsford, en Essex, en 1566.
Durante los siglos XVI y XVII los juzgados de Chelmsford celebraron cuatro grandes juicios de brujería. En el primero condenaron a tres mujeres: Elizabeth Francis, Agnes Waterhouse y la hija de Agnes, Joan Waterhouse, todas ellas del pueblo de Hatfield Peverell. Se las acusaba de tener un gato con manchas blancas, Sathan, que era familiar de una bruja y capaz de hablar por estar poseído por el diablo. Francis confesó haber sido instruida en la brujería por su abuela, la madre Eva, quien le enseñó a renunciar a Dios y a dar su sangre al diablo. También confesó haber embrujado al bebé de William Auger, que «se volvió decrépito».
A Francis se la sentenció a un año en prisión. Agnes Waterhouse testificó que había embrujado a una persona, William Fyness, quien posteriormente murió, y había enviado a su gato a destruir el ganado y los gansos de su vecino. Joan Waterhouse, por su parte, fue acusada de embrujar a la niña de doce años Agnes Brown, cuyo brazo y pierna derechos se volvieron «decrépitos». A Joan se la absolvió, pero a su madre la culparon de «embrujar hasta la muerte» y fue ahorcada el 29 de julio de 1566 —la primera mujer condenada a muerte en Inglaterra por brujería.
En el segundo y tercer juicios de Chelmsford, en 1579, se acusó a cuatro mujeres de brujería —una de ellas era Elizabeth Francis—. Los cargos incluían dos casos de embrujamiento que habían provocado la muerte de personas y la acusación de embrujar a un caballo castrado y a una vaca, que murieron. Tres de las cuatro brujas, incluida a Francis, fueron ahorcadas.
El cuarto gran juicio de Chelmsford, en 1645, fue instigado por el famoso «buscador de brujas» y puritano Matthew Hopkins, que se ganaba la vida viajando por el país, alentando el miedo a las brujas y recogiendo pagos de las comunidades por cada acusación con éxito. Hopkins se convirtió en uno de los hombres más temidos en los condados del este y, como observó Wallace Notestein, «envió al cadalso a más brujas que todos los demás cazadores de brujas en los 160 años durante los que esta persecución floreció en Inglaterra». Hopkins creía en el rey Jacobo VI de Escocia, quien afirmaba en su Daemonologie (1597) que la manifestación más importante de una bruja era que mantenía a sus «familiares» y que les amamantaba a través de una «marca de bruja» en su cuerpo.
No se sabe a cuántas personas acusó Hopkins en Chelmsford, pero el calendario de la cárcel y los panfletos publicados después de los juicios mencionaban a 38 hombres y mujeres, con 29 condenados.
Jacobo VI (quien también reinó como Jacobo I de Inglaterra a partir de 1603) se había convertido en un instruido defensor de la caza de brujas después de que un juicio en 1590-1592 le convenció de que había sido víctima de la brujería. El juicio de las llamadas brujas de North Berwick es uno de los más conocidos de la historia escocesa. Gillis Duncan, que trabajaba para David Seaton en la ciudad deTranent, recibió de repente unos milagrosos poderes de curación, y para ponerlos en práctica solía salir a escondidas de la casa de su señor por la noche. Seaton sospechaba que el diablo le había concedido sus poderes, por lo que la sometió a tortura. Como no logró hacerle confesar que era una bruja, un examen de su cuerpo mostró una «marca del diablo» en la garganta. Entonces ella confesó estar aliada con el diablo. Duncan fue encarcelada y animada a traicionar a otras personas. Nombró a varios hombres y mujeres, entre los que se hallaba una bien conocida «mujer sabia», Agnes Sampson, así como los respetables ciudadanos John Fian, Euphemia Maclean y Barbara Napier. Sampson compareció ante el rey Jacobo y un concejo de nobles, aunque se negó a confesarse una bruja. Se la torturó duramente y se encontró una marca del diablo en sus genitales. Al final confesó los cincuenta y tres cargos en su contra, la mayoría de ellos relacionados con el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades a través de la brujería.
Según Noticias de Escocia, la declaración de la detestable vida del Dr Fian, un famoso brujo (1591), Sampson confesó su asistencia a un aquelarre con unas doscientas brujas en la víspera de la festividad de Todos los Santos (31 de octubre), donde ella y sus colegas brujas habían besado las nalgas del diablo después de «celebrar y beber». También describió cómo en una ocasión colgó un sapo negro por sus talones y recogió en la concha de una ostra el veneno que caía gota a gota de su boca para preparar una poción de encantamiento. Ante el rey confesó personalmente cómo ella y un grupo de brujas habían intentado ahogarle en el mar en 1589, al desencadenar una tormenta cuando navegaba desde Oslo hacia Escocia o con su novia, la princesa Ana de Dinamarca. La nave había resultado ilesa, aunque la tormenta había hundido otro barco. Jacobo al parecer quedó convencido cuando Sampson repitió una conversación privada que él había mantenido con Ana en su noche de bodas.
Finalmente Sampson describió otro aquelarre en la iglesia de North Berwick, al que asistieron más de cien hombres y mujeres. Los brujos rindieron homenaje al diablo y después de girar «widdershin», o en sentido contrario al de las manecillas del reloj, varias veces en el exterior de la iglesia, Fian abrió las puertas de la iglesia con su aliento. Rodeado por la luz de las velas negras, el diablo subió al pulpito, pronunció un sermón y exhortó a los miembros de la asamblea a «no poner reparos a la práctica del mal: comer, beber y divertirse, porque les alzaría a todos en la gloria en el último día». Los participantes en el aquelarre salieron entonces al cementerio, donde el diablo les mostró la manera de desmembrar cadáveres con fines mágicos. En total, se acusó a unas setenta personas de brujería o de traición durante los juicios de North Berwick. Muchas de ellas fueron encarceladas, y Sampson, Fian y Maclean fueron ejecutadas.
Hechizos con frecuencia, En la Europa continental, entremezcladas con los cargos de herejía., las acusaciones de brujería se encontraban 0 Comment
anika- La dama de corazones
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Re: Historia de brujas
gracias nefer ,ami tambien me a gustado la brujita baba yaga , la escoba ya te la dejo pero de paso vuela asta mi casa y me la dejas como los chorros de oro vale jajaja ,gracias por leerte estas paginaNefertari escribió:pues me gusta la brujita baba yaga la salvaje,yo tengo almirez me falta la escoba plateada nada mas jaaj ayyy genial anika ,me ha gustado mucho
anika- La dama de corazones
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Re: Historia de brujas
gracias a ti mi anika por lo que nos traes,ya sabes que andamos algo pachuchis ainss pero procuro ir viendo todo lo que poneis y contestaros
Re: Historia de brujas
CAZA DE BRUJAS
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anika- La dama de corazones
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