Costumbres sexuales de los Egipcios
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Costumbres sexuales de los Egipcios
- Las mujeres solían casarse entre los 12 y los 14 años de edad y los hombres hacia los 16 años.
- Spoiler:
- - Egipto fue el único país de la Antiguedad que permitió a las mujeres acceder a la jefatura del Estado en las mismas condiciones que los hombres, gracias a una ley promulgada durante la II Dinastía. La primera mujer faraón fue Nitocris, que tomó las riendas del país tras el asesinato de su esposo a manos de unos traidores, a finales de la VI Dinastía. Fue una mujer valerosa con una belleza excepcional que reinó durante 12 años. No obstante, hay indicios de que antes otra mujer llamada Meryt-Neith ejerció el poder supremo.
- Algunas mujeres, no siempre prostitutas, estaban especializadas en el arte de la felación. Eran conocidas como felatrices. Cleopatra fue la felatriz más famosa del Mundo Antiguo, pues complació oralmente a un millar de varones.
- Un método usado para diagnosticar la esterilidad femenina era tomando una sandía y el fruto del sicomoro. Se trituraba y mezclaba con leche de mujer que hubiera traido al mundo un hijo. Se le daba de beber a la supuesta estéril y si vomitaba, tendría hijos, pero si no lo hacía y soltaba ventosidades, entonces no tendría jamás descendencia.
Otro método consistía en depositar un diente de ajo dentro de la vagina de la paciente durante toda la noche, hasta el alba. Si el olor del ajo pasaba hasta su boca, la mujer tendría un hijo; si su aliento no desprendía este olor, era estéril.
- Un método anticonceptivo descrito en el papiro médico de Kahún consistía en embadurnar a conciencia el sexo -labios y vagina- de la mujer con una solución viscosa confeccionada con estiércol de cocodrilo.
Otra solución consistía en untar la vagina con miel y se introducían semillas de acacia, que poseen una alta concentración de goma arábica. Su acción era la misma que la de los espermicidas actuales.
- Los maridos tenían derecho a pegar a su mujer; así como el hermano a la hermana, siempre que no se propasaran. Curiosamente, el insulto a la consorte estaba penado: el infractor debía comprometerse ante los jueces a no volver a vilipendiar a su mujer, so pena de recibir cien golpes y de verse privado de todo bien ganancial compartido con la esposa.
- El hombre casado podía tener relaciones sexuales con otras mujeres, además de su esposa, siempre que las amantes no estuvieran casadas. Las mujeres no disfrutaban de este privilegio. A veces, los tribunales egipcios castigaban el adulterio con penas muy severas, que incluían los trabajos forzados y el destierro. También se contemplaba la ablación de la nariz y las orejas. En algunos sitios, si el engaño no era libremente consentido por una mujer casada, se consideraba como una violación y el infractor era castigado con la castración.
- No pocos egipcios sentían una perversa atracción sexual por los cuerpos sin vida. Es por ello por lo que los familiares de una joven o una mujer bella, para evitar actos de necrofilia, nunca entregaban el cadáver a los embalsamadores hasta que pasaban varios días y empezaba a tener un aspecto nauseabundo.
- La viticultura era una ocupación masculina, mientras que la elaboración de la cerveza estaba reservada a las mujeres.
- Los casos de incesto no faltaron en la realeza. Amenofis III se casó con su hija Sitamón, que llegó a ser su esposa principal aún en vida de su madre Tiye, que también ostentaba ese título.
Akenatón se casó, según algunos autores, con dos de las seis hijas que tuvo con Nefertiti: Meritatón y Anjesenpatón. éstas fueron a su vez madres de Meritatón II y Anjesenpatón II, respectivamente; y cabe la posibilidad de que Akenatón fuera padre de las niñas. En la siguiente dinastía, tres hijas de Ramsés II, Bintanat, Meritamón y Nebettawy, llegaron a compartir su lecho y alcanzar el cargo de esposa principal.
- Las egipcias orinaban a diario sobre diferentes granos de cereales para saber si estaban embarazadas y adivinar el sexo de su futuro bebé. Si no germinaba ningún grano, la mujer no estaba embarazada; si germinaba primero la cebada, el bebé sería varón; y si lo hacía el trigo, sería una niña.
- En la XVIII Dinastía, Ay se erigió en faraón a una edad bastante avanzada y se casó con Anjesenamón, la viuda de Tutankamón. El enlace matrimonial era entre abuelo y nieta.
- En el año 1.300 a d C. el rey Menephta volvió a Karnak después de derrotar a los libios. Como prueba de la victoria se trajo los penes de 13.000 soldados enemigos caídos en el campo de batalla. Una inscripción en un monumento en Karnak detalla la procedencia de estos miembros viriles: entre otros, 6 pertenecieron a generales libios; 6.359 a soldados libios; 222 a sirculianos; 542 a etruscos y 6 a griegos.
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de los Romanos
- Los romanos heredaron de los griegos el lucrativo comercio de los eunucos, los jóvenes castrados. En Roma se podían adquirir tres tipos de eunucos: los castrati, a los que se les había cortado de raiz los órganos sexuales; los spadones, que estaban privados de un sólo testículo y podían realizar el coito; y los thibiae, que conservaban los genitales aunque inutilizados, ya que sus testículos eran retorcidos y aplastados.
- Spoiler:
- - Los romanos celosos hacían que se insertara un enorme pasador o una anilla en el prepucio de los esclavos, para impedir que tuvieran relaciones sexuales con el ama, sus hijas y otras esclavas.
- El derecho romano determinó los 12 años como la edad a la que una muchacha dada por su padre a un marido se convertía oficialmente en matrona, o sea, en esposa honorable con todos los derechos del matrimonio. Aunque los médicos romanos reconocían que las muchachas alcanzaban la pubertad hacia los 14 años, argumentaban en clave científica la necesidad de desposarlas antes de esta etapa del desarrollo para facilitar, gracias a una relación sexual precoz, el flujo de las primeras menstruaciones. El matrimonio prepuberal de las mujeres fue una práctica que se extendió por todo el Imperio y hay constancia de que algunas niñas fueron desfloradas a edades tan tempranas como los 9 y los 10 años.
- Los galenos desaconsejaban el coitus interruptus durante el acto sexual, ya que la retención de la eyaculación al final del coito era muy perniciosa para los riñones y la vejiga.
- Ante el juez, los romanos juraban decir la verdad apretándose suavemente los testículos con la mano derecha. De esta costumbre, procede el verbo testificar.
- Julio César Germánico (12-41 d d C), más conocido por Calígula, se acostaba con sus tres hermanas: Livila, Agripina y Drusila. Dos de ellas incluso ejercieron la prostitución en el burdel imperial, situado en una ala lateral del palacio.
- Las prácticas abortivas estaban penadas siempre que causara la muerte a la mujer embarazada.
- Las rigurosas leyes de Octavio Augusto (23 a d C-14) castigaban a los esclavos que cometían adulterio con terribles torturas que acababan con el quebrantamiento de las piernas.
- En el año 180 a d C, Marco Aurelio reglamentó la prostitución. Además de ser vigiladas por los censores públicos, las prostitutas debían pagar a éstos el impuesto vectigal creado por Calígula, que equivalía a la octava parte de sus ganancias diarias.
- Las mujeres honorables siempre salían de casa ataviadas con un velo o un manto que hacía las veces de señal de advertencia: "He aquí una dama distinguida a la que no hay que acercarse so pena de graves sanciones". La mujer que deambulaba con la testa al descubierto no contaba con la protección de la ley romana contra posibles agresores, que podían beneficiarse de circunstancias atenuantes. Durante la República los hombres podían divorciarse si su esposa salía a la calle sin el velo.
- Con velo o sin él, las romanas honorables salían tan poco del hogar que incluso para comprar su vestimenta se mandaba a mujeres entraditas en años que ya no atraían las miradas de los galanes, o a muchachas muy jóvenes.
- La fórmula jurídica del matrimonio romano definía éste por su finalidad, que no era otra que la procreación. Las mujeres romanas estaban obligadas a engendrar tres o cuatro hijos: tres hijos para la nacida libre y cuatro para la manumisa, la esclava que habría alcanzado la libertad.
- Augusto se tomó muy en serio el tema del matrimonio y la procreación. Las leyes augustinianas prohibieron que recibiesen legados los hombres no casados entre los 20 y los 60 años, así como las mujeres célibes, incluidas viudas y divorciadas entre los 18 y los 50 años. Hombres y mujeres debían estar casados y tener por lo menos el primer hijo a los 25 y 20 años, respectivamente. Las viudas debían volver a desposarse un año después de enviudar, y las divorciadas, a los seis meses.
- Para no violar el mandato que impedía la ejecución de mujeres vírgenes, Tiberio ordenó que antes fuesen violadas por el verdugo.
- Los romanos llamaron al extremo del pene glande, que significa bellota.
- Tras la caida de Roma en el año 414, Constantino fue el primer emperador en perseguir la homosexualidad.
- En la época de Trajano, se calcula que en Roma había más de 30.000 prostitutas censadas que vivían en las afueras de la ciudad, además de las busconas no fichadas. En la antigua ciudad de Roma, las mujeres de vida alegre eran clasificadas en distintas categorías: las meretrices eran las que estaban registradas en listas públicas, las prostibulae, actuaban de forma clandestina para no pagar impuestos; las ambulatarae ejercían el servicio putesco en la calle o el circo; las lupae buscaban clientes bajo los arcos y puentes; las dorae iban siempre desnudas para enseñar la mercancía; las bustuariae trabajaban en los cementerios; las noctilidae sólo salían por las noches; las famosae eran las hijas de gente adinerada convertidas al meretricio y las copae se podían encontrar en las tabernas y posadas.
- El vocablo fornicar deriba del latín fornice, que significa curvatura interior de un arco, ya que bajo las bóvedas de los puentes y callejones era donde se podían alquilar los servicios de las prostitutas lupae.
- En la severa Roma republicana, las mujeres nunca se desnudaban por completo delante de sus maridos y sólo hacían el acto sexual por la noche o en sitios completamente oscuros.
- El bestialismo era una atracción bastante común en el circo romano. Los animales, desde toros y jirafas, hasta cebras, monos y leopardos, eran entrenados para que copularan con mujeres en la arena. Si éstas se negaban, el animal llegaba literalmente a violarlas inducidos por sus domadores.
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de los Griegos
El hombre no estaba obligado ni por ley ni por tradición a ser fiel a su esposa, cosa que no sucedía a la inversa. Independientemente de su estado civil, el varón heleno podía mantener relaciones con concubinas, mujerzuelas, heteras (prostitutas de lujo) y jovencitos. Ahora bien, el peso de la ley caía implacable sobre aquellos incautos o atrevidos que intentaban seducir a una dama casada o a cualquier otra mujer que estuviera bajo la potestad de un hombre, ya fuera su marido, su hermano o su padre.
- Spoiler:
- - Tanto el marido engañado como el tutor de la doncella desvirgada por un atrevido seductor podían elegir entre matarlo o exigirle una indemnización.
Un timo frecuente en las grandes ciudades griegas era el del marido burlado. La estafa consistía en coger in fraganti al fornicador encamado con su parienta, que previamente lo había seducido, y exigirle una fuerte suma de dinero como compensación por el daño moral.
Con el paso del tiempo, los castigos por adulterio se suavizaron, aunque se mantuvieron vigentes en algunos pueblos helenos. En éstos, la punición para el hombre consistía en insertarle un rábano por el ano y depilarle las posaderas. Y en otros, la infiel se exhibía con un velo transparente atada a una columna de la plaza o el mercado y después se la paseaba de la manera más humillante a lomos de un asno.
- Los primeros atletas de los Juegos Olímpicos cubrían sus genitales con una especie de taparrabos, pero a partir de la decimoquinta Olimpiada, en 720 a d C. comenzaron a competir completamente desnudos. Las mujeres casadas estaban excluidas de las fiestas de Zeus en Olimpia, para evitar tentaciones de unos y otras.
- Cuenta Herodoto que las jóvenes casaderas de Lidia completaban su ajuar alquilando sus cuerpos.
- Los hombres consideraban la pasión y el cariño sentimientos distintos e incompatibles. Consideraban el enamoramiento cosa de mujeres y un sentimiento enfermizo y esclavizador, no concebían la líbido dentro del matrimonio y consideraban el sexo conyugal como un trabajo o una obligación para engendrar hijos y nunca como un acto lúdico. Lo más que llega a sentir el esposo por su compañera es cariño, que excluye el amor pasional.
- Las mujeres helenas empezaban a cumplir años después de la fecha de la boda.
- Las prostitutas empezaban a ejercer su oficio a los 12 años de edad y en muchos casos lo heredaban de su madre.
- En la residencia de gente acomodada de Atenas y otras ciudades, existía una parte de la casa destinada en exclusiva a las mujeres, que recibió el nombre de gineceo. Se trataba de una habitación donde la esposa vivía casi un encierro perpetuo a salvo de las miradas de otros hombres. El gineceo normalmente no tenía ventanas a la calle y en ocasiones el acceso estaba custodiado por un perro fiero. Salvo en determinadas ocasiones, como fiestas religiosas, bodas y funerales, la esposa no salía libremente de su encierro doméstico hasta que alcanzaba una edad en la que "viéndola por la calle, un hombre no se preguntaba de quién era esposa sino de quién es madre".
- Las jóvenes espartanas, al igual que las demás griegas, conservaban el virgo hasta las nupcias, aunque, mientras llegaba ese momento, disfrutaban del coito anal sustitutivo.
- La moral sexual despreciaba solamente a los homosexuales pasivos y ensalzaba la virilidad de los homosexuales activos, que eran llamados cariñosamente los peludos.
- Platón fue también un homosexual reconocido.
- A diferencia de los hombres, las mujeres mantenían en secreto sus relaciones lésbicas, ya que se consideraba una desviación sexual.
- En los matrimonios griegos era recomendable que el marido fuera al menos 10 años mayor que la esposa.
- Para evitar bromas pesadas por parte de las amistades en la noche de bodas, la habitación de los recién casados, estaba custodiada por un portero macizo, un amigo de confianza del novio que disuadía a los posibles graciosos.
- La noche de bodas era afrontada por la novia como un suplicio, pues la tradición establecía que fuera brutalmente desflorada.
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de la Edad Media
Los católicos del siglo V propugnaron con sólidos argumentos que la mujer no tenía espíritu moral y debatían si la hembra de nuestra especie era humana.
- Spoiler:
- - Durante las llamadas Edades Oscuras medievales (385-1000), los sacerdotes católicos establecieron que el sexo sin valores, como el que se practica con una prostituta, las orgías o las violaciones, no constituían una ofensa seria para la moral. Por el contrario, el sexo impregnado de valores sentimentales, como el que practica una pareja de enamorados, era un gran pecado que podía castigarse con penas muy severas. Sin ir más lejos, el erudito bíblico San Jerónimo estableció que quien amaba a su esposa era un pecador adúltero.
- En estas Edades Oscuras, el sexo dentro del matrimonio cristiano debía practicarse siguiendo unas reglas muy estrictas. Por ejemplo, el sexo oral y anal eran un pecado mortal, y el coito se debía ejercitar siempre en una única postura, la que llamaron natural, esto es, el hombre encima con actitud dominante y la mujer debajo dejándose llevar con sumisión. También era obligatorio reprimir el deseo desmesurado, las fantasías depravadas, las caricias y los tocamientos, ya que constituían un placer innecesario para la procreación. El acto sexual no podía hacerse nunca con la regla ni durante la penitencia en sábados, miércoles, viernes y festivos.
- En la España medieval, los matrimonios que abortaban eran enviados a la hoguera.
- En el siglo X, el religioso Odón de Cluny (879-942), hijo de un noble turinés, lanzó a sus monjes la siguiente arenga misógina para prevenirlos de la atracción femenina: "La belleza del cuerpo sólo reside en la piel. En efecto, si los hombres vieran lo que hay debajo de la piel, la visión de las mujeres les daría náuseas...Puesto que ni con la punta de los dedos toleraríamos tocar un escupitajo o un excremento, ¿cómo podemos desear abrazar este saco de heces?".
- Una creencia popular aseguraba que si se plantaban pelos de mujer menstruante en estiércol se engendraba, gracias al calor del sol, una enorme y despreciable serpiente.
- El médico y traductor italiano Constantino el Africano, destaca en su obra Liber de coitu (siglo XI) que el coito tiene unos efectos secundarios indeseables: entre otros, tristeza, hinchazón del vientre, dolor de cabeza, audición de sonidos agudos, debilidad, temblores, contracciones y olor corporal desagradable.
- Los solteros que fornicaban con la servidumbre cumplían una penitencia de 20 días a pan y agua.
- El médico Avicena explica en su Canon que la erección del pene se debe a una fuerte ventosidad que aporta el spiritus desiderativus, para de este modo transformar la parte pertinente del cuerpo en una máquina neumática. Y según San Alberto Magno, la eyaculación es provocada por la acción espasmódica de una enorme ventosidad.
- Una creencia medieval muy extendida aseguraba que la Virgen María había concebido por las orejas.
- En Al-Andalus, los adinerados musulmanes pagaban altos precios por los eunucos, que utilizaban para su disfrute sexual mientras conservaban su lozanía. Hubo dos zonas que se convirtieron en centros de castración en el siglo IX: la región de Almería y la ciudad francesa de Verdún. La operación, que era realizada por médicos judíos, consistía en suprimir los testículos e incluso la verga de niños esclavos. Muchos morían tras la operación; de ahí que fueran vendidos a precio de oro.
- Una creencia popular aseveraba que los hijos engendrados durante las reglas son pelirrojos.
- La mujer española adúltera, sólo podía ser denunciada por los varones de su familia. Pero cuando se trataba de actos homosexuales, cualquier persona del pueblo podía poner ante la ley a los sospechosos. Si se probaba su homosexualidad, eran ejecutados, salvo los menores de 14 años, pues se consideraba que a esta edad aún no eran responsables de sus actos.
- Entre los siglos VI y IX, la Iglesia castigaba la masturbación femenina con siete años de ayuno y la masculina con penas de 2 a 15 años.
- Averroes (1200-1280), erudito de Córdoba, es el padre de la creencia de que una mujer puede quedarse embarazada si se baña en unas aguas donde antes ha eyaculado un hombre.
- Creían que las mujeres de pechos grandes y cara pálida eran frías en la cama, mientras que las de tez lozana y senos pequeños y firmes vivían el sexo con fogosidad.
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de los presidentes estadounidenses
En el libro “Sexo presidencial: de los Padres Fundadores a Bill Clinton”, escrito por Wesley O. Hagood, se afirma que el presidente norteamericano Warren Harding hacía el amor en el armario ropero de la Casa Blanca.
- Spoiler:
- George Washington, el primer presidente, era apodado el semental del Potomac. Thomas Jefferson tuvo siete hijos ilegítimos con su bella esclava mulata Sally Hemmings. James Buchanan, decimoquinto presidente y único soltero hasta ahora, mantuvo relaciones homosexuales con su vicepresidente William Rufus King, con quien compartió su vida durante dos décadas largas. Tanto tiempo pasaban juntos que en Washington eran apodados como los gemelos siameses. El sucesor de Buchanan, James Gardfield, fue el primero en llegar a la Casa Blanca con una confirmada fama de adúltero. Franklin D. Roosevelt se llevó a la cama a su secretaria y también a la secretaria de su esposa. Al enterarse Eleanor, su esposa, nunca le perdonó su infidelidad ni volvió a dormir con él, aunque permaneció a su lado incluso cuando Roosevelt quedó paralítico por poliomielitis.
El que fuera después presidente de los EE.UU, el mítico general de la Segunda Guerra Mundial Dwight Eisenhower, pese a ser impotente, mantuvo una larga relación extramarital con Kay Summersby, la fogosa irlandesa que le asignaron como chófer durante la guerra. Era apodada como la sombra del general. Era tan notoria su infedilidad que su mujer trató de persuadirlo a través de sus hijos sin éxito.
Pero el más libertino de todos fue John F. Kennedy que tubo más affaires extramatrimoniales que ninguno. Le gustaban todas: desde las misses a las prostitutas, de las secretarias a las azafatas, de las niñas bien de la alta sociedad a las voluntarias que le mandaban sus amigos como regalo de cama. Tenía dañada su espina dorsal por lo que a veces hacía el amor con un corsé. El senador George Smathers decía de él que “ninguna mujer está segura a su lado, ni tu esposa ni tu madre ni tu hermana”. Todo el mundo estaba al tanto de sus aventuras, incluso su esposa Jacqueline Kennedy, que llegó a señalar con el dedo a dos de sus amantes a unos amigos.
Según uno de sus biógrafos, le pilló incluso in fraganti haciendo el amor con la esposa de David Niven, pese a que el presidente había reclutado al servicio secreto para que le alertaran por si llegaba su mujer y le cubriesen las espaldas. Como venganza, Jacqueline tomó al menos un amante, el italiano Gianni Agnelli, el entonces heredero de la multinacional Fiat, según sostiene Edward Klein.
Fuente: TIEMPO, 3-2-1997.
Más datos...
Harding fue sorprendido con su amante en un armario de la Casa Blanca mientras un agente de los servicios secretos intentaba impedir que la Primera Dama derribase la puerta.
Kennedy, en pleno colocón de marihuana y mientras hacía el amor a una chica de alterne, bromeó sobre su supuesta incapacidad para apretar el botón en caso de emergencia nuclear.
Eisenhower se lo montó con su conductora privada en el frente de Argel durante la II Guerra Mundial.
Clinton puede presumir de haberle puesto los cuernos a la First Lady con una vencedora y una finalista del concurso Miss América.
Jefferson ostentó durante más de siglo y medio la antorcha del presidente más promiscuo, hasta que llegaron, de un tirón histórico, Kennedy, Lyndon B. Johnson y Clinton.
A Kennedy, Jack para los amigos, se le atribuyen al menos quince amantes conocidas y decenas de relaciones relámpago, amén de sesiones de porno duro como las bacanales del hotel Mayflower (grabadas por el FBI) o la orgía con siete mujeres desnudas en la piscina de la Casa Blanca, que tuvo permanentemente abierta la puerta trasera entre 1961 y 1963.
Las actrices Marilyn Monroe, Jayne Masfield y Angie Dickinson, pasaron por la cama ambulante de Jack, al igual que azafatas, secretarias, abogadas, “strippers” y prostitutas. Jackie, su mujer, una vez le sorprendió en el yate presidencial con la mujer del actor David Niven.
Su promiscuidad tenía también una raíz “científica”: los medicamentos que utilizaba para combatir sus dolores de espalda eran auténticos “chutazos” de hormonas. El senador George Smathers, amigo de Kennedy, recuerda así sus correrías. “Jamás vi a un hombre con la líbido sexual tan alta como Jack. Le interesaba más la cantidad que la calidad”.
Los deslices de Clinton, Bill para los amigos, no andan muy lejos, y en todo caso van mucho más allá de los dos casos por todos conocidos: Gennifer Flowers y Paula Jones. A Clinton –el primer presidente acusado con todas las de la ley de acoso sexual- se le adjudican como mínimo otros siete adulterios con nombres y apellidos, coincidiendo con sus años como Gobernador de Arkansas. Su relación matrimonial, según un ex guardia de seguridad de la pareja, se resume en una frase de la Primera Dama: “Bill, necesito hacer el amor más de dos veces al año”.
Antes de dejar Arkansas, viéndole tontear con una desconocida, Hillary le disparó: “Venga, Bill, pon tu pene en remojo. ¿No irás a follártela aquí mismo?”.
El primer desliz lo cometió, en el siglo XVII el mismísimo George Washington, que se carteó en secreto con su vecina mientras estuvo casado con Martha Dandridge.
El primer amor prohibido de Thomas Jefferson fue Betsy Walker, la mujer de su mejor amigo. Betsy confesó haber resistido durante diez años los avances incontrolados de Jefferson. En alguna ocasión, hay constancia, tuvo que hacer uso de unas afiladas tijeras para sortear el acoso.
La persistencia de Jefferson fue tal que el marido, John Walker, terció en la historia retándole a duelo. Jefferson se las ingenió para dar por concluido el asunto de una manera menos “romántica”.
Pero la auténtica eclosión erótica le sobreviene en plena cuarentena, después de enterrar a su esposa. Estamos en Francia, donde el futuro presidente se curte como embajador y como infatigable perseguidor de mujeres. La primera de ellas es una de sus esclavas, la mulata Sally Hemings, que perdió la virginidad a manos de él y le dio siete hijos ilegítimos.
Su gran amor en aquella época –1786- fue María Cosway, una joven artista casada con un aburrido inglés que decidió cruzar el canal de La Mancha en cuanto se olió el pastel. Tras la partida de Mary, meses después encontró consuelo en otra mujer casada. Angelica Shuyler. Sus excesos amorosos salieron a relucir en plena carrera hacia la Casa Blanca. Jefferson, que entonces ya peinaba canas, reconoció los deslices de su mocedad pero negó siempre su relación con Sally Hemings (que le acompañó hasta el lecho de muerte).
El séptimo presidente, Andrew Jackson, contrajo matrimonio a los 24 años de edad con una mujer, Rachel, casada en segundas nupcias sin haber logrado antes la anulación del primer matrimonio. Rachel fue procesada por adulterio y bigamia, y la entereza moral de Jackson quedó en entredicho. El débil corazón de Rachel no pudo soportar los dardos envenenados de la política: falleció tres meses antes de ver coronado a su marido como presidente. Jackson quiso que la enterraran con el traje que tenía previsto lucir en la noche inaugural.
El demócrata James Buchanan, predecesor de Abraham Lincoln, fue el único presidente soltero. La versión oficial dice que hizo votos de soltería tras la muerte de Anne Coleman, la prometida de su juventud. La historia oculta habla de una intensa relación homosexual con William Rufus King, el único vicepresidente también soltero de EE.UU.
James Garfield y Grover Cleveland cierran el capítulo de adulterios decimonónicos. El primero, con tres casos reconocidos. El segundo fue elegido dos veces presidente por los demócratas con un hijo ilegítimo a cuestas, Oscar.
El siglo XX lo inaugura Woodrow Wilson, fiel hasta los cincuenta, le culparon de haber acelerado la muerte de su esposa por sus devaneos con una jovencita en las islas Bermudas. Le acusaron incluso de haber comprado el silencio de su amante, Mary Allen Hulbert Peck, con 15.000 dólares. El caso es que la Primera Dama, Ellen Axson, falleció en la Casa Blanca, y el presidente viudo se lanzó a los brazos de una tercera mujer. Casado en segundas nupcias con Edith Boling, coleando aún el “triángulo” de las Bermudas, Wilson fue reelegido presidente.
Warren Harding inauguró los “felices años veinte”. Los armarios de la Casa Blanca fueron testigos indiscretos de sus escarceos con Nan Britton, una atractiva joven de Ohio que le dio al presidente su única hija.
La esposa de Harding, Florence Kling, estaba al tanto de sus encuentros furtivos. Esa noche, enero del 23, due bastante fácil seguirle las huellas a través de los pasillos de la Casa Blanca. Un agente de los servicios secretos evitó que abriera el armario y montara la escenita.
Franklin Delano Roosevelt también mantuvo una agitada vida sexual a pesar de su invalidez (contrajo la polio en 1921). Entre sus conquistas tardías se cuentan la princesa Margarita de Noruega y la editora de la revista New Yorker Dorothy Schiff. Su relación con Eleanor, dicen, acabó siendo más fraternal que otra cosa. El verdadero amor de su vida fue su secretaria Lucy Mercer. Treinta años de relación que le acompañaron hasta el lecho de muerte (los fontaneros de la Casa Blanca la condujeron hasta el moribundo Roosevelt aprovechando una ausencia de Eleanor). La propia Eleanor tuvo devaneos de otro tipo. Fue con una mujer, Lorena Hichok, reportera de Associated Press, contratada después como su consejera personal en la Casa Blanca.
Roosevelt nunca vio las sospechosas amistades de su esposa con buenos ojos. En una ocasión le espetó a Eleanor: “¡Quiero a esa mujer fuera de casa!”. La relación entre ambas sobrevivió a la muerte del presidente.
Dwight Eisenhower, el memorable “Ike”, “pecó” durante la II Guerra Mundial. Su amante fue Kay Summersby, conductora privada del entonces general en sus viajes por las maltrechas carreteras de Europa y África. La pasión entre ambos estalló con el fragor de las bombas en el frente de Argel. Los encuentros furtivos duraron hasta 1945. Se siguieron carteando y “Ike” estuvo a punto de pedir el divorcio a su mujer, Mamie.
A Eisenhower le sucedió Kennedy y a éste Lyndon B. Johnson, que se sepa, el único mandatario cazado “in fraganti” en el despacho oval. Durante su estancia en la Casa Blanca, fue capaz de alimentar dos largas aventuras paralelas: Alice Glass (1938-1965) y Madeleine Brown (1948-1969), con la que tuvo además un hijo ilegítimo.
Johson, al igual que Kennedy y después Clinton, se valió de su posición y de todo el personal a su alcance –agentes secretos, guardaespaldas, consejeros, secretarios- para ir tejiendo en su entorno un auténtico harén. George Reedy, entonces jefe de prensa de la Casa Blanca, le definió de un plumazo: “Puede que Lyndon no sea más que un campesino de las colinas de Texas, pero tiene el instinto de un sultán de Estambul”.
Fuente: Extractos de un artículo publicado en El Mundo, 3-3-1996.
Salu2
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Re: Costumbres sexuales de los Egipcios
a lo largo de la historia ha habido muchas constumbres de sexo,para ellos era lo normal aunque nosotros lo veamos de otra forma,por suerte han cambiado mucho las cosas porque pensar en algunas cosas que hacian con las mujeres es aberrante,y menos mal que los metodos anticonceptivos no son los de entonces porque madre del amor hermoso lo tenbiamos muy crudo las mujeres
muy buena exposicion dipu,de la historia se aprende a mejorar en todo
muy buena exposicion dipu,de la historia se aprende a mejorar en todo
Re: Costumbres sexuales de los Egipcios
pues si,son datos muy curiosos y muchos aspectos que hoy se consideran tabu,o de mal ver en otras civilizaciones era de lo mas normal,en la antigua grecia las prostitutas eran trabajadoras sociales,con un estatus muy alto.
Re: Costumbres sexuales de los Egipcios
pensar una cosa que si los Egipcios se casaban antes es debido también por que la vida para ellos era muchisimo mas corta que ahora, como máximo vivian 40 años y ya eran viejos.
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